lunes, 31 de agosto de 2015

Informe revela que en SLP reconocen, incursión de “Maras” en pandillas juveniles


Los factores socio-político y económico, aunado a la falta de atención de las autoridades de los distintos niveles de gobierno, ha provocado un serio incremento en el número de pandillas juveniles a nivel nacional, donde San Luis Potosí, no es la excepción, pues tan sólo a la fecha se tiene un registro en la Capital y zona conurbada de 320 grupos conformados por jóvenes, adultos y lo más grave que también engrosan sus filas, niños de tan sólo 9 años de edad. Esto sin contar con el crecimiento desmedido que se ha registrado en los municipios del interior del Estado donde el pandillerismo ya es un tema de prioridad municipal.

Una de las consecuencias, más graves que se ha detectado de acuerdo a un informe de la Secretaria de Seguridad a nivel federal, corresponde a un incremento descontrolado de estas bandas juveniles, que prácticamente asolan colonias, municipios en busca de ampliar sus territorios y donde al menos en las últimas fechas, en varios municipios de San Luis Potosí, se ha visto reflejado este fenómeno donde a consecuencia de riñas se presentan homicidios, que vienen a incrementar las cifras, sin que ello, represente una verdadera atención de nuestras autoridades.

Además es de llamar la atención, el informe que fue presentado también por el Instituto Nacional de Migración (INM) órgano descentralizado de la Secretaría de Gobernación (Segob) donde se establece que entidades como Baja California, Chiapas, Querétaro, Veracruz y San Luis Potosí, a través de sus autoridades en procuración de justicia y prevención social, reconocen, la presencia y la incursión de “Maras” (pandilleros originarios de Centroamérica) a los grupos juveniles comunes que operan en distintos puntos de estas entidades.

Este informe, sin duda debiera alamar a nuestras autoridades en el caso de San Luis Potosí, sin embargo, existe la negativa constante sobre la operación de estos grupos, que posiblemente no son tan visibles en su presencia, sin embargo, si es de llamar la atención, al menos a manera de prevenir que se convierta en un problema de grandes dimensiones en materia de seguridad pública.

Recientemente se pudo conocer que en la capital potosina existen aproximadamente 350 grupos pandilleriles; de estos un 60% se concentran en la zona sur de la localidad, donde además se reconoció que estos grupos pandilleriles se especializan en la elaboración de armas hechizas como lo son “las cachimbas, petardos, armas blancas y puntillas”. Además el rango de edad de jóvenes que integran las pandillas oscila entre los 9 años a 30 años de edad.

Entre los principales factores a considerar en la dinámica de la juventud que se inclina por pertenecer a una pandilla, son: La tasa de desempleo que en el país es superior a 4.5%, las pocas posibilidades de educación y la marginación en las zonas urbanas y rurales, mismas que llevan a los jóvenes a un estado de marginación y exclusión social, por lo que comienzan a buscar círculos alternativos en los cuales puedan sentirse identificados.

Ciertamente los jóvenes al principio se reúnen en forma ocasional, desgraciadamente poco a poco sus reuniones se llevan a cabo con mayor frecuencia hasta consolidarse de manera permanente en un territorio, aunado a lo cual se inician en el consumo de alguna sustancia tóxica, entre otras actividades que les produzcan mayor diversión, como puede ser el uso de la violencia como forma de hacerse respetar, infundir temor y marcar su territorio.
Desafortunadamente, al paso de los años, la conformación de pandillas ha sufrido transformaciones, pues aunque solía relacionarse con la exclusión social y marginación, actualmente también surgen este tipo de grupos entre los jóvenes de clase media y alta con posibilidades económicas para adquirir armas y drogas sintéticas.

En los últimos años, se ha podido presenciar que las riñas pandilleriles que se registran semanalmente, dejan saldos muy negativos, por el número de muertos registrados a la fecha, esto sin contar el sinnúmero de lesionados que por temor a ser detenidos por las autoridades deciden no acudir a recibir atención médica, y lo más grave que en relación a los años anteriores, donde las muertes y lesiones eran provocadas en el caso más grave por arma blanca, ahora es muy diferente, pues sales a relucir principalmente armas de fuego, (¿Qué de donde vienen o donde se venden? Ese es otro asunto, que no deja de ser alarmante).

Lo que verdaderamente, no puede echarse en saco roto, son los informes donde se advierte que San Luis Potosí, se ha sumado a las 23 entidades del país, donde se registra la presencia de jóvenes pandilleros provenientes de la Mara Salvatrucha (MS) y donde es necesario diseñar no sólo operativos que les permitan prevenir cualquier situación extraordinaria vinculada con estas bandas delincuenciales que logran infiltrarse en pandillas juveniles comunes, con el único fin de ampliar sus horizontes delictivos que en la mayoría de los casos también están relacionadas a los carteles de las drogas.


Sin duda, resulta muy necesario que las próximas autoridades tanto estatales como municipales, establezcan verdaderamente acciones preventivas conjuntas en materia, no sólo de operación  policiaca, sino mediante la aplicación de programas de prevención educativa, donde los niños conozcan los riesgos de pertenecer a una banda pandilleril, e incluso en los últimos años, hubo voces de desesperación  que demandaron, el regreso del “operativo Convoy”, aquel que fue diseñado en los años 80, y que generó un verdadero terror en la población, entonces sólo hay que imaginarnos hasta donde ha llegado este problema, que la población prefiere, recurrir a dichas medidas autoritarias y abusivas.

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